80 mujeres rurales de Álava se dan cita en Santa Cruz de Campezo en el XXV Encuentro anual

Resumen

¡Buenos motivos para un 25 aniversario!
Desde las 9,45 horas, el Grupo de Percusión de Mendiandreak anunció con tambores que sería un día intenso, vivo, rico (video en https://www.instagram.com/reel/DAgkviPuYq_/?utm_source=ig_web_button_share_sheet&igsh=ZDNlZDc0MzIxNw== ). No eran los tambores de Calanda de Buñuel. Tampoco la tamborrada de Donosti. Era el XXV Encuentro de la Red de Mujeres Rurales de Álava.

80 mujeres rurales de todas las cuadrillas de Álava se dieron cita en Santa Cruz de Campezo para celebrar juntas. Celebraron los caminos diversos por las diversas asociaciones, y las experiencias, también diversas, de empoderamiento.

Este encuentro organizado por la Red de Mujeres del Medio Rural de Álava ha sido posible gracias a Emakunde, a la Dirección de Igualdad de DFA, a Laia Araba, a la Cuadrilla de Mendialdea, al Ayuntamiento de Campezo y a la Junta Administrativa de Campezo. Han estado con nosotras Miren Elgarresta, Jone Berriozabal, Ibernalo Basterra, Joana del Hoyo, Miryam Quintana Urrea y Ione García de Acilu. A todas ellas, ¡gracias!

Las mujeres que se han querido unir a la celebración desde asociaciones tan diversas como Asociación Cultural de la Mujer Campezana, Gure Soroa, Asociación Cultural El Pilagar, Aguake emakumeen elkartea, Asociación de Mujeres de Labastida “Peña Toloño”, Asociación de Jubilados y Jubiladas Ibernalo, el Foro de Igualdad de Rioja Alavesa, Harresian, Pautada Ekin Dulantzi, entre otras. Además, algunas mujeres de la zona han querido llegarse a título personal para conocer la Red y participar del evento. A todas ellas, ¡gracias también!

La profesora de la UPV y Doctora por la Universidad de Deusto, Maitane Picaza, ha destacado la importancia de protagonizar esos procesos de empoderamiento, nos ha vuelto a recordar que son los hombres los que siempre tienen los privilegios: “la igualdad no existe en ninguna parte del mundo”. Ha recordado qué el currículum ausente es el currículum de la VIDA, y ha aclarado que la “otredad” se refiere a los comportamientos que no se esperan. Ha animado a las mujeres a participar de verdad, porque participar no es solo estar. En un tono cordial y cercano nos ha hablado de su vida como docente y la implicación de sus alumnas, nuevas generaciones que tienen una mirada amplia y decisiva sobre el feminismo. Se han repetido los comentarios entre el público: “Nos hemos quedado con ganas de escucharla más”, “Ha sido poco tiempo”. Y es que su mensaje y su tono nos han atrapado. ¡Gracias Maitane!

Xabi Odriozola, de la Asociación Ongiz-EzBerdin, ha destacado la importancia de crear comunidad para poderse acompañar en procesos de empoderamiento. ¡Gracias a Xabi y a los hombres que dejan espacio para que seamos las mujeres las protagonistas de estos eventos!

En la dinámica grupal, se han escenificado literalmente varios círculos concéntricos de mujeres. En el círculo central formado por cuatro sillas, iban sentándose mujeres que querían contar sus vivencias, decir, expresar, compartir, pedir… Emocionante y emotivo ha sido escuchar a tres mujeres procedentes de Argelia y Marruecos que residen en Santa Cruz de Campezo, y que han expresado su deseo de conocer a otras mujeres para tener relación con ellas y comer juntas en torno a un plato de cuscús.

En esa dinámica grupal las mujeres de las distintas asociaciones han expresado las dificultades para implicar a las nuevas generaciones en el movimiento asociativo, y generar tejido social con mujeres de distintas edades y condiciones.

En la entrada de la sala, un árbol con sus raíces, tronco, ramas, hojas y frutos se ha ido llenando de nombres de mujeres que respondían a la pregunta “¿Qué parte del árbol de la Red sientes que eres tú?”

Después de la comida, la actuación musical de Nina y Jenny, con un amplio repertorio de canciones empoderantes, ha puesto a las mujeres en pie para bailar. Y es que… ¿¡qué es una fiesta sin música?!

A todas las mujeres que han hecho posible esta jornada de reflexión, conexión, empatía, disfrute…, ¡gracias!