|
Julia y Amaia. Foto: David Busto |
Julia y Amaia conversan sobre la vida de hoy y de hace 50 años ¿qué ha cambiado? ¿qué se mantiene?
Comenta Julia, que las cosas eran muy diferentes. Antes los cuidados a personas mayores, niñas y niños se realizaban en la casa, con la ayuda de toda la familia. Se llevaba a cabo entre las labores del campo y los animales. Se les atendía y dedicaba menos tiempo, pero todo se hacía en el hogar.
Recuerda cómo entre las hermanas cuidaron a su padre, eso sí, se tenía mucho pudor, por ejemplo, cuando tenía que hacer “pis” solo lo hacía con su mujer, y cuando le aseaban (no a menudo), también era la madre.
Julia recuerda cómo a las niñas y niños pequeñxs se les atendía en lo fundamental (comer, aseo) para después dejarlos en la media fanega, donde no corrían peligro y pudieran seguir con sus labores en el campo.
Julia piensa que hoy en día se les atiende con mayor dedicación. Además, comenta, ahora hay residencias de personas mayores y guarderías de niñxs, donde están muy bien cuidadxs, “antes no teníamos nada de eso”.
Continúan hablando de lo que piensa Julia respecto a las diferencias en cuanto a la información que recibimos ahora y que antes no tenían. Julia dice, muy segura, que antes se era “más inocente” y que ve mejor cómo los niñxs y jóvenes ahora saben más y están “más espabiladxs”. Ella recuerda que cuando tenía quince años y le bajó la regla se asustó mucho. ¡Nadie le había hablado de ello! También que había un señor que le seguía y le acosaba, algo que ella no entendía y solo podía salir corriendo, pero no se lo contaba a nadie y tuvo que superarlo ella sola. Julia dice “menos mal que yo soy de genio y tengo carácter y pude enfrentarme en vez de acoquinarme”.
Cree que el tener menos información les hacía ser mas inconscientes de los peligros, se podían protegen menos de gente mala o que les pudiera dañar. Amaia pregunta a Julia cómo cree que hubiera sido ahora el episodio del acoso, y responde, con el ímpetu que le caracteriza: “¡lo denuncio seguro!” Julia piensa que hoy es genial que haya más acceso a la información y las personas tengan, o puedan tener, más cultura.
Amaia y Julia siguen conversando sobre las
diferencias en la forma de vestir, de divertirse o de trabajar de las mujeres de su juventud y de las de ahora. Para Julia ahora todo es mas sencillo, cómodo, con muchas facilidades. Por ejemplo, el trabajo de las mujeres es complicado, por lo atareadas que están siempre, pero tienen muchas más ayudas que en su época. También piensa que el poder adquisitivo es mayor y que por eso trabajan tanto fuera y dentro. “
Ahora hay más posibles” dice “
o sea que se puede tener lo que quieres”. Se refería a bienes materiales (ropa o zapatos, cosas para la casa, coches…).Antes el trabajo era muy duro, no tenían electrodomésticos y el dinero no daba más que para vivir con lo justo.
Aunque Julia cree que todo ha mejorado con el paso del tiempo, siente que no somos más felices. Julia recuerda cómo antes se colaboraba más entre las vecinas y vecinos en las diferentes faenas del campo y del ganado y que había más generosidad y apoyo colaborativo. A nadie le faltaba de nada porque en el pueblo se ayudaban mutuamente.Ahora -dice-, ”ya no se hace esto”.
Reflexionando sobre la falta de colaboración, Julia comenta que cada persona vive a lo suyo y que tampoco se pide ayuda a los demás. Piensa que, igual, es más problema de no saber pedir ayuda (mayor orgullo). Por otro lado, también recuerda que si hay alguna necesidad evidente en el pueblo las vecinas y vecinos sí responden y se vuelcan con la causa.
Julia una gran mujer de 91 primaveras y, como siempre dice Amaia, una mujer de referencia, alegre, optimista y siempre dispuesta a ayudar. Recuerda una anédocta sobre el desconocimiento que existía sobre tantas cosas… como por ejemplo, ¿de dónde vienen los bebés? ¿Los traía la señora Apolonia (comadrona de Izarra)?
Proyecto «Visibilidad y (re)conocimiento de los saberes de las mujeres rurales de Álava«